En los ecosistemas terrestres, el desarrollo precoz de los
eventos primaverales y los cambios de hábitat de los animales y las plantas
hacia los polos y las alturas se han vinculado con alta confianza al
calentamiento reciente. Se espera que el cambio climático futuro afecte
especialmente a ciertos ecosistemas, incluidos la tundra, los manglares y los
arrecifes de coral. Se prevé que la mayoría de los ecosistemas se verán
afectados por el aumento de los niveles de CO2 en la atmósfera, combinado con
mayores temperaturas globales. En general, se espera que el cambio climático
resultará en la extinción de muchas especies y la reducción de la diversidad de
los ecosistemas.
Los aumentos en las concentraciones atmosféricas de CO2 han
dado lugar a un aumento de la acidez de los océanos. El CO2 disuelto
incrementa la acidez del océano, que es medida por los valores de pH más
bajos. Entre 1750 y 2000, el pH de la superficie oceánica ha disminuido en
≈0,1, desde ≈8,2 a ≈8,1. El pH de la superficie del océano probablemente no
ha estado por debajo de ≈8,1 durante los últimos dos millones de años.174 Las
proyecciones sugieren que el pH superficial oceánico podría disminuir otras
0,3-0,4 unidades para 2100. La acidificación futura de los océanos podría
amenazar los arrecifes de coral, la pesca, las especies protegidas y otros
recursos naturales de valor social.
Se proyecta que la desoxigenación oceánica incremente la
hipoxia en un 10 % y triplique las aguas suboxigenadas (con concentraciones de
oxígeno menores al 2 % de las medias superficiales) por cada 1 °C de
calentamiento oceánico extra.
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