viernes, 24 de junio de 2016

¿QUIERES HACER ALGO PARA DETENER EL CALENTAMIENTO GLOBAL DEL PLANETA?




1.- Cambia un foco normal por uno de luz fluorescente (ahorrador).


2.- Maneja menos, camina, usa bicicleta o transporte público más seguro.


3.- Recicla más, lleva bolsas o recipientes cuando vayas a comprar (tiramos demasiadas bolsas a la basura), separa las botellas desechablse, el plástico, el vidrio, el cartón y el periodico de la basura orgánica (restos de comida), así los recolectores la llevan a reciblar y evitamos que abran las bolsas y nuestras calles se llenen de basura.



4.- Revisa las llantas de tu automóvil, si están dibidamente infladas puede aumentar el rendimiento de cada galón de gasolina en un 3%.


5.- Usa menos agua calinete, calentar agua requiere de mucha energía. lava tu ropa con agua fria, en la temporada primavera-verano no se requiere agua muy caliente para bañarse.



6.- Usa menos aire acondicionado


7.- Siembra un árbol, puede absoreber una tonelada de dioxido de carbono.


8.- Apaga, cuando no los estes usando: el televisor, el dvd, radio, estereo, focos o la computadora.


9.- Vigila y exige a las autoridades correspondientes que el transporte público no contamine, denuncia a través de la radio.


Soluciones contra el calentamiento global




Las pruebas de que los seres humanos estamos provocando el calentamiento global son concluyentes, pero la cuestión de qué se puede hacer al respecto sigue creando polémica. La economía, la sociología y la política son factores importantes a tener en cuenta a la hora de planificar el futuro.

Incluso si dejásemos de emitir gases invernadero (GEI) hoy mismo, la temperatura de la Tierra aún subiría algo más de medio grado centígrado. Aún así, lo que se haga a partir de ahora supone una gran diferencia. Dependiendo de las opciones que tomemos, los científicos prevén que la temperatura de la Tierra podría aumentar al final tan sólo cerca de 1,5 o incluso hasta 5.

Un objetivo que se suele citar al respecto es el de estabilizar las concentraciones de GEI en unas 450-550 partes por millón (ppm), o alrededor del doble de los niveles preindustriales. Se considera generalmente que de ese modo se podrían evitar los efectos más dañinos del cambio climático. Las concentraciones actuales rondan las 380 ppm, lo que significa que no hay mucho tiempo que perder. Según el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), deberíamos reducir las emisiones de GEI entre un 50% y un 80% de lo que llevan camino de ser durante el próximo siglo si queremos alcanzar los niveles mencionados.

¿Es esto posible?

Muchos ciudadanos y gobiernos están trabajando intensamente para reducir los gases de efecto invernadero, y todo el mundo puede contribuir.

Los investigadores Stephen Pacala y Robert Socolow, de la Universidad de Princeton, sugieren un enfoque al que denominan “sectores de estabilización”, que supone la reducción de las emisiones de GEI por parte de una cierta cantidad de fuentes mediante las tecnologías que surjan durante las próximas décadas, en lugar de depender de que esta reducción provenga de un sólo sector. Proponen 7 sectores que podrían rebajar su nivel de emisiones, y que, conjuntamente, podrían mantener este nivel tal y como está en la actualidad durante los próximos 50 años, lo que nos colocaría camino de estabilizarnos en unas 500 ppm. 

Existen muchos sectores posibles, entre los que se incluyen mejoras en la eficiencia energética y en economía de combustible (de forma que se tenga que producir menos energía), y aumentos en energía solar y eólica, en el hidrógeno producido mediante fuentes renovables, en biocombustibles (obtenidos de los cultivos), en gas natural y en energía nuclear. También existe la posibilidad de recoger el dióxido de carbono que emiten los combustibles fósiles y almacenarlo bajo tierra, proceso denominado “secuestro de carbono”.

Además de reducir los gases que enviamos a la atmósfera, podemos también aumentar la cantidad de gases que quitamos de la atmósfera. Las plantas y los árboles absorben CO2 a medida que crecen, con lo que “secuestran” carbono de forma natural. Un aumento de áreas boscosas y la aplicación de ciertos cambios en la agricultura podrían incrementar la cantidad de carbono que almacenamos.

Algunas de estas tecnologías presentan inconvenientes, y las diferentes comunidades tomarán medidas diferentes sobre cómo obtener la energía, pero la Buena noticia es que existe una gran variedad de opciones para que nos dirijamos a la consecución de un clima estable.

El "cráter del fin del mundo" es prueba del cambio climático



Moscú (EFE). El conocido como "cráter del fin del mundo" que se formó en el norte de Siberia y cuya imagen ha atraído más de 9 millones de visitas en YouTube no es único y es un fenómeno natural que corrobora el cambio climático, según los científicos.

"El cráter confirma que el cambio climático es real. Lo extraordinario es que este fenómeno a toda vista natural haya ocurrido en un espacio de tiempo tan corto, ante nuestros ojos", aseguró a Efe Leonid Rijvanov, doctor en Geología por la Universidad de Tomsk(Siberia).


Normalmente, los fenómenos geológicos son resultado de procesos de cientos o miles de años, pero los "agujeros negros", como también son conocidos los cráteres aparecidos en la península de Yamal, que significa "Fin de la Tierra" en lengua aborigen, son relativamente recientes.

"Son consecuencia directa del calentamiento de nuestro planeta que está provocando que se derritan los hielo perpetuos que cubren la tundra siberiana. Aunque no es algo catastrófico, ya que Siberia es un lugar muy sensible a los cambios", apunta.

Rijvanov recuerda que el hielo contiene gas y cuando se reduce el espesor de la superficie helada, ese gas sale disparado como si se tratara de fumarolas en las zonas volcánicas y crea esos agujeros con formas tan ideales, que parecen hechas por el hombre, por extraterrestres o un meteorito, como se comenta en las redes sociales.

El famoso cráter, que se encuentra a unos 30 kilómetros de la localidad Bovanenkovo, ha cautivado a expertos y neófitos por su tamaño -más de 60 metros de diámetro y 20 de grosor en su boca, por lo que se podría acceder en helicóptero- y por el hecho de que, por el momento, es imposible ver el fondo.

El hecho de que cerca del agujero se encuentre uno de los mayores yacimientos de petróleo y gas de Rusia, y que su operador sea el gigante Gazprom inquietó a los ecologistas, pero el paso de los días parece haber calmado los ánimos de los más catastrofistas.

Uno de los primeros en llegar a la zona en helicóptero el 17 de julio fue la geóloga Marina Leibman de la Academia de Ciencias de Rusia, que quedó "impresionada" con la perfección del cráter, que ella describió más como "una cuba".

"No hay rastro de algo que hubiera podido caer del cielo o de una explosión. Lo que vimos alrededor es una tundra absolutamente virgen. No vimos señales de presencia humana, ni basura y ni siquiera rastros de pastores de renos", dijo.

Acercarse era peligroso, ya que el hielo que forma los bordes del cráter se derrite continuamente y la superficie colindante es extremadamente resbaladiza, según relata.

Un operador que le acompañaba acertó a arriar con la ayuda de una cuerda una vídeo cámara, pero tras 50 metros de descenso ni siquiera había alcanzado el fondo del agujero, que supuestamente está cubierto de agua.

"De manera preliminar, se puede decir que en el cráter hay una concentración más alta de lo normal de metano, pero en un máximo de un 9,8%, por lo que es muy inflamable. Y los niveles de radiación también eran normales", indicó.

En cuanto a las hipótesis, Leibman descarta terminantemente que el agujero fuera provocado por un río subterráneo y vincula el fenómeno con el calentamiento de los últimos años, en particular en el 2012.

"El calentamiento pudo haber provocado la liberación de mayores volúmenes de gas. Los cambios de temperatura en la superficie terrestre no están sincronizados con los del aire", precisa.

La científica cree que cuando esa capa de 80% de hielo perpetuo estuvo más cerca de la superficie de lo habitual debido al calentamiento es cuando se produjo ese intrigante agujero.

"Como la superficie es casi impermeable, la presión del gas aumentó y en esa situación pudo haber ocurrido un escape", asegura.

Los expertos recuerdan que la temperatura del hielo perpetuo siberiano es de unos 10 grados bajo cero, mientras el gas está a unos 30 grados centígrados, por lo que esa parece la versión más factible del fenómeno aparentemente de ciencia ficción.

COP20: ¿Cómo puede ayudar la tecnología al cambio climático?

La cuestión aquí no es si llega Leonardo o si Enma se desanimó en venir: esto va más allá de caras bonitas preocupadas por los arbolitos. Pasa por el hecho de que estamos pagando nuestras culpas y toda la tecnología que hemos creado para “vivir mejor” está, desde hace doscientos años, destruyendo de a pocos nuestro ecosistema. Solo nos queda valernos de la misma tecnología para revertir esta situación. Así de simple.





“Estamos ante una carrera de tecnologías, donde las del siglo pasado, basadas en combustibles fósiles, ya son obsoletas y por eso los países más avanzados están desarrollando nuevas tecnologías limpias” destacó la secretaria de la Convención Marco sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (UNFCCC), Christiana Figueres, ni bien se inició esta semana la COP20 (Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), una reunión que busca crear un acuerdo mundial sobre el tema. 

COP20 busca enmendar la plana para evitar que la temperatura promedio del planeta, que hoy es de 15°C, suba dos grados más para el 2050. De no lograrlo se perjudica no solo a las “plantitas” sino que la viabilidad de la vida de nuestros nietos está en juego. La ciencia es la llamada a dar los pasos para el cambio, tal como ya viene intentando en el mundo entero.

Sonia González, bióloga y directora de investigación en el Minan (Ministerio del Ambiente) afirma que se parte de la misma ciencia para observar la realidad y estudiarla de manera integral, incluyendo aspectos tecnológicos ligados a la innovación con políticas socioeconómicas. Son los mismos científicos quienes se sienten en el rol de comunicadores y han recomendado en la COP20 que se haga un trabajo colaborativo entre investigadores del mundo entero para aliarse en las búsquedas de soluciones, para lo cual deberán involucrar tanto a los Gobiernos como a los privados dueños de las culposas fábricas.

Si vivimos en un mundo lleno de dispositivos que nos permiten intercambiar información al instante, lo lógico, según los científicos, es que las investigaciones aprovechen eso y armen redes en donde el trabajo sea colaborativo, al estilo Wikipedia. Ya no se trata de competir por ver quién descubre primero la patente y guardar bajo llave todas las premisas, sino de armar grupos mundiales en donde todos compartan millones de datos para ayudarse a la hora de buscar soluciones. 

González comenta que ante todo se trata de observar la realidad, medir lo que sucede en todas partes, para compartir la data, analizarla y juntos buscar soluciones tanto en el mundo de la diversidad biológica como de las actividades extractivas. 

El físico nuclear Modesto Montoya nos recuerda que el origen de los problemas es la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) y por eso en el mundo se están intensificando las investigaciones en energía nuclear segura, uso de celdas solares, combustible en base a hidrógeno, etc. “En el Perú, nos limitamos a comprar los frutos de esas investigaciones. Aquí los productos para ahorrar energía y reducir el CO2 son todos importados. No pensamos que el Perú tenga que hacer de todo, pero sí escoger una parte de la cadena tecnológica para participar con innovación”, resalta. 

Montoya lamenta que nos falte una política para repatriar investigadores. El premio Nobel 2014 de física fue otorgado a un proyecto que reduce el consumo energético, y un peruano, Fernando Ponce (colega del equipo de los ganadores) también investiga sobre materiales sólidos emisores de luz con bajo consumo energético en Arizona State University. Pero no hay forma de pagarle acá lo que gana allá. Ni hay equipos locales para enlazarlos a él en una red, tal como sucede en México o Brasil, en donde sí hay redes de científicos trabajando en estos tópicos.

Científicos proponen enfriar el planeta de manera artificial

La geoingeniería surge como la alternativa para combatir el cambio climático, pero se desconocen sus verdaderos efectos



Algunos científicos estudian métodos para manipular el clima de la Tierra como si fuera un termostato, con la idea de que se podría revertir el calentamiento global con una reducción artificial de latemperatura del planeta.

Ese es el controvertido objetivo de la geoingeniería, que estudia cómo enfriar el planeta con métodos como generar cierto tipo de nubes que reflejen más la luz solar o arrojar partículas de sulfato en la estratosfera para bloquear los rayos solares.

Mientras que algunas voces piden tener en cuenta esta tecnología, otras advierten de que la geoingeniería nunca se ha probado, puede tener resultados imprevisibles y distrae de la verdadera solución alcambio climático: reducir los gases de efecto invernadero.

Según los críticos, es como un medicamento que reduciría los síntomas, pero no las causas, de la fiebre que acalora al planeta.

Este técnica está inspirada en la reducción de las temperaturasglobales, alrededor de medio grado centígrado, tras la erupción en 1991 del volcán Pinatubo (Filipinas), que arrojó a la atmósferatoneladas de gases.

Ken Caldeira, de la universidad de Stanford (EE.UU.), es uno de los pioneros mundiales en geoingeniería, y aunque en sus estudios dedicados a la materia concluye que estos métodos enfriarían el planeta, es un fuerte opositor a emplearlos.

Caldeira espera que nunca se apliquen los modelos que estudia y los ve únicamente como opciones de urgencia ante una potencial situación catastrófica, explicó durante la reunión de la Unión Europea de Geociencias, que concluye mañana.

"Está claro que los riesgos son elevados, el mundo real es más complicado que los modelos climáticos que manejamos, y no podemos estar seguros de lo que pasaría", sostiene.

Para él, la única forma de luchar contra el cambio climático es reducir los gases de efecto invernadero, pero en caso de que el mundo se enfrentase a una situación límite, el método más rápido de enfriar el planeta sería emitir aerosoles a la estratosfera.

"Cambiar de sistema energético lleva alrededor de medio siglo, e incluso entonces no enfriaría el planeta sino que evitaría que siguiera calentándose", recuerda.

"En algún momento en el futuro podría tener sentido utilizarlo, pero espero que no lleguemos a esa situación", confía.

Caldeira recuerda que otros científicos abogan por utilizar ya estas tecnologías en lugar de esperar a una situación de crisis. "Dicen: ¿por qué esperar a que surja una crisis? ¿por qué no usarlo antes? Para mí los riesgos son demasiado altos", expone.

Los costos de esta nueva tecnología

El uso de esta tecnología es además tan barato que cualquier país tendría acceso, expone Caldeira, y recuerda que su efecto es global.

Según sus estudios, aunque la temperatura de la Tierra en conjunto bajaría, en algunas regiones se podrían trastocar ciertos ciclos, como en los trópicos, con reducción de las precipitaciones.

La geoingeniería es objeto de un intenso debate, con numerosos estudios apuntando a que se desconocen sus efectos profundos.

Una investigación presentada en este encuentro en Viena advierte de las "incertidumbres" que generaría utilizar esos aerosoles, ya que llevarían "a un estado climático completamente nuevo".

Así, según Hannele Korhonen, del Instituto de Meteorología de Finlandia, si se produjese una gran erupción volcánica mientras esa técnica de geoingeniería estuviese activa es "probable" que en amplias partes de Europa, América del Norte y la Antártica aumentara la temperatura en hasta 1,5 grados centígrados.

"Existen grandes incertidumbres sobre la viabilidad y el impacto climático" de la geoingeniería, resumió Korhonen.

Aumento de temperaturas en la Tierra será peor de lo esperado


Estudio indica que las proyecciones hechas hasta ahora "han subestimado las importantes contribuciones de las nubes"


WASHINGTON. Un nuevo estudio publicado en la revista "Science" sugiere que el aumento de las temperaturas en la Tierra durante los próximos años será incluso peor de lo esperado, ya que -según los investigadores- hasta ahora no se ha tenido suficientemente en cuenta el papel clave que juegan las nubes.



El estudio llevado a cabo conjuntamente por dos investigadores de la Universidad de Yale (EE.UU.) y uno de un laboratorio californiano parte de la premisa de que la mayoría de modelos que tratan de predecir el aumento de las temperaturas inducido por la actividad humana "han subestimado las importantes contribuciones de las nubes".

"Los modelos de clima global que tratan de predecir los aumentos medios de temperatura deben conocer cómo la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera afecta a las temperaturas atmosféricas, ya que cuanto mayor sea esta, el calentamiento causado por el dióxido de carbono será también mayor", apuntó el estudio.

Para tratar de ajustar mejor sus predicciones, los investigadores Ivy Tan, Trude Storelvmo (ambos de Yale) y Mark D. Zelinka (del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore de California) recurrieron a datos de la NASA sobre las nubes y su composición química.

Teniendo en cuenta estos nuevos datos, su modelo determinó que la "sensitividad de equilibrio climático", que relaciona la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera con su efecto sobre las temperaturas atmosféricas, es de entre 5 y 5,3 grados centígrados.

Estudios anteriores que no contemplaban el papel que juegan las nubes y su composición química situaban la "sensitividad de equilibrio climático" entre 2 y 4,6 grados centígrados.

El año pasado se cerró con la aprobación en París de un acuerdo histórico y ambicioso contra el cambio climático, en el que 195 países y la Unión Europea (UE) se comprometieron a avanzar juntos hacia una economía baja en carbono.

El primer pacto universal contra el calentamiento, que ha costado dos décadas de cumbres del clima y celebró su recta final entre el 30 de noviembre y el 12 de diciembre en la capital francesa, aspira a limitar por debajo de los 2 grados el aumento de la temperatura media a finales de siglo respecto a los valores preindustriales. 

Cambio climático amenaza destinos turísticos emblemáticos

Un informe de la Unesco señala que las condiciones extremas del clima están elevando el riesgo en zonas emblemáticas


Las condiciones de clima extremo se están convirtiendo en el principal riesgo para lugares de enorme valor patrimonial como la Isla de Pascua, las Islas Galápagos o Stonehenge, lo que representa una amenaza para el turismo y la economía, según anunciaron expertos de las Naciones Unidas.



Las naciones en desarrollo como Nepal, que alberga al Monte Everest, y Uganda, hasta donde viajan los turistas para ver gorilas, se verán particularmente perjudicadas porque dependen de los ingresos del turismo en mayor medida que los países ricos, dijeron expertos en un reporte.

"Para ellos se trata de ingresos muy importantes. Es un factor de impulso económico contar con un sitio considerado como patrimonio de la humanidad", dijo Adam Markham, autor principal del reporte y subdirector de la Unión de Científicos Preocupados (UCP), a la Fundación Thomson Reuters.

"Si los atributos que atraen a los turistas hasta esos lugares resultan dañados por el cambio climático, eso podría generar un enorme revés para las economías que viven del turismo", sostuvo en una entrevista telefónica. El turismo es uno de los sectores de más rápido crecimiento, al generar el 9% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial y proveer 1 de cada 11 empleos, de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), al programa de medioambiente de la ONU y a la UCP.

Aunque una gestión inadecuada puede en sí misma provocar graves perjuicios a los sitios patrimoniales, el cambio climático multiplica los riesgos para estos destinos porque sus atributos principales pueden verse deteriorados, indicaron.

"Algunas estatuas de la Isla de Pascua están en riesgo de quedar destruidas por el mar debido a la erosión en las costas", dijo Markham en un comunicado, en referencia a la famosa isla chilena situada en la Polinesia. "Muchos de los arrecifes de corales más importantes, como el de la islas de Nueva Caledonia en el Pacífico occidental, han sufrido daños sin precedentes vinculados al cambio climáticos este año. El cambio climático podría ocasionar finalmente que estos lugares pierdan su estatus como Patrimonio de la Humanidad", declaró.

El reporte analizó 31 sitios naturales y culturales declarados Patrimonio de la Humanidad en 29 países, incluyendo el puerto colombiano de Cartagena, la ciudad vietnamita de Hoi An y las Islas Galápagos en Ecuador, que están bajo amenaza por eventos de clima extremo como el aumento de las temperaturas, del nivel del mar y de las sequías.

Los expertos añadieron que para mantener los sitios declarados Patrimonio de la Humanidad es esencial cumplir con los objetivos de evitar un aumento del promedio de la temperatura global mayor a 2 grados centígrados, tal como fue acordado por los líderes mundiales que asistieron a una cumbre sobre medio ambiente en París en diciembre pasado.