Las pruebas describen una Antártida Oriental
mucho más vulnerable
LONDRES,
INGLATERRA (18/MAY/2016).- El ritmo
actual del cambio climático podría provocar un significativo deshielo del
glaciar antártico Totten, uno de los más grandes de la Tierra, y elevar el
nivel del mar en casi tres metros, según advierte un estudio publicado hoy por
la revista "Nature".
La investigación ha sido desarrollada por expertos del
Imperial College de Londres junto a instituciones de Australia, EU y Nueva
Zelanda.
Este equipo de científicos ya descubrió el pasado año
que el Totten oculta dos canales submarinos que permiten la entrada de aguas
cálidas, lo que contribuiría a que se derrita y potencialmente aumente el nivel
del mar.
Con sus 120 kilómetros de largo y sus 30 kilómetros de
ancho, el Totten se desagua en unos 538 mil kilómetros cuadrados de la Antártida
Oriental y de él fluyen unas 70 mil millones de toneladas de hielo cada año.
Hasta la fecha, esta descarga se ha considerado como
normal, pero el análisis de sus avances y retrocesos a lo largo de la historia
revela ahora que, de continuar el aumento de la temperatura global, el glaciar
podría cruzar un umbral crítico durante este siglo y entrar en un periodo de
deshielo irreversible.
En este escenario, el Totten retrocedería unos 300
kilómetros en los próximos siglos y descargaría enormes cantidades de agua, lo
que contribuiría a una subida global del nivel del mar de hasta 2.9 metros.
A diferencia de la Antártida Occidental, cuya capa de
hielo es mucho menor, la comunidad científica ha considerado que la Antártida Oriental
se ha mantenido relativamente estable ante el cambio climático.
Esa tendencia, apuntan los autores de este estudio, la
está rompiendo ahora el Totten, como demuestra la gran cantidad de agua que
pierde, lo que sugiere que este glaciar podría ser más vulnerable de lo que se
pensaba.
Si el Totten retrocede entre 100 y 150 kilómetros, su
parte frontal se asentaría sobre una base de tierra inestable y se aceleraría
su deshielo hasta llegar al citado retroceso de hasta 300 kilómetros en
"varios cientos de años", señala Martin Siegert, codirector del
Instituto Grantham del Imperial College.
Según el experto, en cuanto el glaciar cruce el umbral
crítico y se asiente en una "región inestable", el deshielo será
imparable, al menos hasta que su retroceso le lleve a una zona donde la
geología del terreno vuelva a ser más estable.
"En conjunto, las pruebas existentes describen
una Antártida Oriental mucho más vulnerable a una situación de calentamiento de
lo que pensábamos. Esto es preocupante. El glaciar Totten está actualmente
perdiendo hielo y el agua caliente del océano que lo provoca tiene también la
capacidad para empujar al glaciar de nuevo a un lugar inestable", explica
Siegert.
El científico recuerda que aunque el Totten es
"una salida más para el hielo" de la Antártida Oriental, su
"impacto es enorme" dado que esta región contiene la "masa de
hielo más grande de la Tierra y cualquier pequeño cambio tiene una gran
influencia a nivel global".
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