Las personas que viven en la costa serían
las más afectadas
GRAN CANARIA, ESPAÑA (18/MAY/2016).- Los científicos
llevan años indagando la repercusiones del cambio climático para los millones
de personas que viven en la costa, una pregunta cuya respuesta puede estar en
el pasado: la última vez que la Tierra tuvo la temperatura actual, el mar subió
unos ocho metros.
El Servicio Geológico de Estados Unidos está recabando
datos sobre fósiles marinos de todo el mundo para conocer qué puede pasar si el
calentamiento global derrite las masas de hielo que hoy cubren la Antártida y
Groenlandia, en un estudio internacional en el que solo participa un científico
europeo: el profesor de Biología de la Universidad de Las Palmas de Gran
Canaria Joaquín Meco.
Y esos registros fósiles apuntan en la misma línea:
existen restos de corales y moluscos en distintos continentes a cotas situadas
entre ocho y 24 metros por encima del nivel actual del mar.
En el caso de España, el Servicio Geológico
estadounidense se ha fijado en el archipiélago atlántico de Canarias porque en
dos islas (Gran Canaria y Fuerteventura) hay capas con fósiles que acreditan
los dos últimos momentos de mayor subida de los océanos entre glaciación y
glaciación: hace 481 mil y 130 mil años, respectivamente.
Meco explicó que si la historia del planeta se
examinara a través de una gráfica de temperaturas, esos dos momentos del
Cuaternario serían los únicos que mostrarían picos por encima de los niveles
medios que actualmente marcan los termómetros en todo el mundo.
Este investigador, que lleva toda su carrera
trabajando en el estudio de los paleoclimas marinos, subrayó que para que todos
los océanos del mundo se situaran hace 130 mil años unos ocho metros por encima
del su nivel actual, tuvieron que fundirse todos los hielos de Groenlandia y
una parte de la Antártida.
Esa referencia, añade, puede arrojar luz sobre el
desastre que puede provocar el cambio climático si prosigue a su ritmo actual,
porque en el pasado geológico de la Tierra no hay ningún otro momento en
temperaturas que se parezca más al presente que el periodo interglacial
ocurrido entre hace 130 mil y 120 mil años.
Con una salvedad, apunta. Entonces, los océanos, los
grandes reguladores del clima, estaban unos tres grados de media más calientes,
como acreditan la presencia de fósiles de fauna marina propia de aguas
calientes del Golfo de Guinea en Canarias e, incluso, en latitudes más al
norte, en el Mediterráneo.
El proyecto del Servicio Geológico de Estados Unidos
con el que colabora Meco ha calculado cuánto subiría el mar si se derritieran
todos lo hielos que cubren la Tierra: solo los glaciares del Himalaya, los
Alpes, los Andes y otras grandes cordilleras tienen agua suficiente para elevar
los océanos medio metro.
Si los hielos de Groenlandia se fundieran, todos los
mares del planeta crecerían otros siete metros y, si se derrite la Antártida,
los océanos subirían de golpe 55 metros más (una altura equivalente, por
ejemplo, a la del Coliseo de Roma).
¿Puede ocurrir algo así? Los científicos no tienen
duda de que puede pasar, lo que no saben es cuánto se van a derretir las
distintas capas de hielo del planeta y a qué velocidad.
A aquellos a los que una subida de los mares de casi
65 metros les parezca una exageración, Joaquín Meco les recuerda que su nivel
ya se ha elevado 120 metros desde la última glaciación, ocurrida hace bien
poco, 20 mil años, cuando el Homo Sapiens empezaba a pintar los techos de la
cueva de Altamira.
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